18/9/13

FELIX ECHANIZ BEITIA ...Un Socialista en la Guerra Civil...

A Felix Echaniz lo conocíamos como miembro de una de esas cuadrillas que tomaban vinos en nuestra ciudad en aquel popular chiquiteo ahora en bastante desuso. Y digo lo conocíamos Floren y yo en aquellos tiempos de la Transición, en plena clandestinidad, porque siempre andábamos con diez ojos con todo el mundo y Echaniz era el típico hombre que se hacía notar con su enorme presencia en una cuadrilla poco o nada politizada, pero enormemente discreto en las palabras.
Floren que es ese alter ego que te toca en la vida y con el que te entiendes poíticamente con una mirada,había notado como yo que nos miraba con especial simpatía porque la gente sabía que andábamos en algo de los socialistas...Floren y yo íbamos juntos en aquellos tiempos hasta para hacer sombra, puedo decir que era mi maestro sindical y político porque si alguien nació socialista ese fue Floren y yo fue de los primeros que conocí en el Psoe y la Ugt.
Un buen día el bueno de Echaniz nos dijo que quería hablar con nosotros y juntos nos fuimos a ese viejo ya entonces Café Moderno y en uno de sus veladores oir la historia que Echaniz nos tenía que contar...a nosotros que nos creíamos poseedores de la patente de militante socialista y que sabíamos lo que era ser clandestino, discreto y socialista, internacionalista y revolucionario al que muchos tenían que imitar y pocos enseñar... lo que es dar todo sin pedir nada, pero que sabíamos que éramos contados y muy pocos los que nos habíamos atrevido a dar ese paso de comprometerse en un partido de izquierdas con Franco vivo...
En torno a unos vinos Echaniz nos fue desgranando su historia. Era de Placencia de las Armas el popular "vasco" de la parte vieja. Allí nos empezó a contar que había pertenecido a la Guardia Personal de El Cabezota, que era como su gente conocía a Indalecio Prieto y que había pasado de todo. El hecho de pertenecer a la popular "motorizada", aquella guardia personal de Prieto con sus Hardley Davidson tenía especial relevancia por la enorme conciencia y disposición de sus hombres. Precisamente por ello y ante el inicio de la Batalla del Ebro en diciembre de 1937, la gran ofensiva republicana, las condiciones climáticas paralizaron el avance de los blindados y nuestro compañero Echaniz recibió la misión de averiguar qué ocurría y hacer avanzar a las tropas gubernamentales y ante la inminente liberación de Teruel proteger al obispo y traerlo a Madrid, imaginaba Echaniz, para algún intercambio de prisioneros o por cualquier motivación política que un miembro de la "motorizada" no preguntaba sino que cumplía las órdenes a rajatabla.
A Echaniz le ocurrió de todo. Se abrió paso en medio de una gran nevada hasta la división de blindados con temperaturas de veinte grados bajo cero y observó con estupor que lo soldados estaban paralizados y congelándose mientras en un camión protegidos al abrigo de una estufa, algunos de los mandos con los correspondiente comisarios políticos comían y bebían en relajada francachela. Echaniz era un hombre de acción...los bajó a todos y los fusiló. Hizo arrancar la división rumbo al frente para tomar Teruel y la odisea continuó cuando se le congeló y reventó la arteria nasal externa y le tuvieron que transfundir un litro de sangre en el hospital de campaña pero liberaron Teruel...
La liberación de Teruel por el ejército republicano puso al descubierto las miserias de la sociedad en guerra y al llegar al seminario las tropas y la población famélica y desnutrida, observaron con estupor, que rápidamente se convirtió en ira y odio, que las bodegas del seminario estaban atiborradas de chacinas, embutidos y jamones mientras la población moría de hambre. Es bastante lógico que quisiesen linchar al clero con el obispo a la cabeza pero órdenes son órdenes y Echaniz tuvo que echar mano de su arma reglamentaria para disparar al aire y sacar al obispo para llevarlo a Madrid a bordo de un automóvil ante la actitud de la población justamente enfurecida.
Echaniz no se libró del final de la guerra y quedó ,como miles de soldados republicanos, en Valencia prisionero de guerra en el campo de Albatera donde se comió junto al resto de compañeros la hierba del mismo, pasando las penurias correspondientes hasta que fue liberado y licenciado con bastante suerte al pasar inadvertida su historia y volver a su Placencia natal.
El final de la historia fue una de las cosas más curiosas y emotivas que he podido oir.
Echaniz había pasado inadvertido y parece que el Regimen no conocía de sus andanzas por lo que no había sido especialmente "purgado" y así habría sucedido si no hubiese sido por ese sentido de la justicia innato que un buen socialista posee en su ADN...Echaniz fue un fin de semana a Donosti al cine tras recuperar su libertad y su vida habitual y trabajo en Placencia cuando al comenzar la proyección con uno de aquellos gloriosos NO-DOS con que nos aleccionaba y propagandeaba el Caudillo, narraban en el mismo la liberación de Teruel por las tropas franquistas y, según la versión oficial, comprobar el linchamiento del obispo de la diócesis...
El bueno de Echaniz no se pudo contener y pegó un grito con toda el alma...¡¡¡MENTIRA!!!...que se debió oir en Ayete y que le supuso su arresto inmediato y su posterior destierro a mi ciudad donde residía desde entonces y que era ese que teníamos delante tomando un vino con nosotros...
Tras contarnos su historia nos expuso toda su militancia socialista y discretamente dio por cerrada la conversación
Tras la cual Floren y yo mirándonos no sabíamos qué decir aunque los dos pensábamos lo mismo y sólo yo me atreví a pronunciar...no, no era gracioso...sólo dije una palabra ...¡Terrible!