
Cuando fui a conocer Asturias me expliqué todo. Esa barrera cortante de sus picos salvaguarda de muchas cosas, ese tono amable y de compañerismo puro que transpiran sus gentes y esa llamada de la tierra que en verdad, además de preciosa, es inigualable con sus gentes pegadas a la costa y sus profundos valles de casas abigarradas donde el trabajo puso la reivindicación obrera en pie...era algo que te subía desde las raíces y explotaba en ese paisaje inigualable.
La verdad es que apenas hablé de política con nadie mientras estuve allí ni falta que hizo, latía compañerismo de vieja escuela , esa tierra privilegiada. Tanta dureza de las minas, tanta lucha en las fábricas de siderurgia, tanta fe en la igualdad de compartir esa inmensa patria de la Humanidad , tanta sangre trabajadora vertida en esa tierra era un memoria que impregnaba todo y recordé la peculiar forma de ser de Marisol en cada uno de los rincones asturianos tratando con sus gentes. La sencillez, amabilidad y firmeza de un pueblo...aquello transpiraba un amor especial que brotaba de la tierra.
Con tantos avatares como está pasando nuestro pueblo en todos los rincones del país y esa vuelta de espalda que nos ha proporcionado en las últimas confrontaciones electorales y que tanto nos debería aleccionar, tenía mis dudas respecto a estas elecciones y mira por donde esa tierra verde de esencia roja es la que nos ha dado la primera lección a nuestro viejo partido..."seguimos con vosotros pero teneis que cambiar...el origen de nuestras ideas está aquí...no lo olvideis"...y uno descubre que por mucho que fallen los dirigentes , al final siempre hay un pueblo que no abandona pero avisa...
Hoy he estado viendo el espíritu de esta mujer en cada una de las papeletas de izquierdas y socialistas que han entrad en esas urnas...ganábamos desde el principio y acabamos igual, la fidelidad de las ideas y la esperanza de que las cosas vayan a cambiar , es nuestro último bastión, esa maravilla que se levantó harto de tanta explotación hace muchísimo años y que va encarnado en una formas tan suaves como firmes, tan dulcemente educadas (tienen música al hablar) como increiblemente igualitarias y solidarias. Es el Alma Asturiana, nuestro socialismo directo, sencillo y sin afectaciones como esa mujer, Marisol Fernandez...a mí nuestra verdad me suena así.Asturias resiste,gana el pueblo ...de aquí para adelante...gracias Marisol.
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