LA NAUSEA ,23-F (segunda parte)

Pasamos la espera en la entreplanta de un comercio “amigo”, Floren, mi mujer, Jesús Montenegro y el dueño de la tienda. A oscuras, tirados en el suelo y oyendo noticias de Radio Netherland y Radio Suiza en las que parecían limitarse los movimientos militares a Valencia y el Congreso de los Diputados. Lo que confirmaba nuestras esperanzas de que aquello no fuese más allá que esa escena que teníamos una y otra vez en la retina del tricornio de Tejero pegando tiros y que después del susto hacía que persistiese ese amargor en la boca que te deja ver cómo se puede silenciar a un pueblo por los que se les encomendó y armó para protegerlo, otra vez, esa sensación de que todos lo hubiésemos visto, ese amargor era la causa de una inmensa nausea.
Bajando para la reunión se nos ocurrió preguntarnos que, si la cosa se torcía, cómo íbamos a defendernos e hicimos recuento: el reloj de Floren (puesto en el puño revienta dientes con inusitada soltura) y un cuchillo de monte que tenía Pedro Soldevilla en la mariconera… Genial. A mí ya no se me cayó el alma al suelo, se me involucionaron los testículos, desaparecieron. Seguí caminando hacia el lugar de reunión con los dientes apretados para que no saliese el contenido gástrico de dos cafés porque la nausea era ya un estado constante.
Tras de la reunión y oir al rey nos fuimos a casa, cada uno a la suya, algunos se hicieron compañía, no durmió nadie, mi mujer se echó un rato mientras yo veía como un gilipollas aquella estúpida película de Bob Hope, una y otra vez por televisión, algo tan premonitorio que pegó mi diafragma a la base pulmonar toda la bendita noche.
A la mañana siguiente nos reunimos el grupo socialista en el Ayuntamiento sabiendo que Tejero se había entregado y habían salido los diputados. Al entrar en la reunión un concejal de AP tuvo un aparte con Luis Manzanares que hizo que éste entrase con la reunión ya iniciada. Yo le pregunté inmediatamente ¿Qué te ha dicho?.- “Sólo cuatro palabras…MANDÁBAMOS, MANDAMOS y SEGUIREMOS MANDANDO…”
Me recuerdo con una mueca parecida al esbozo de una sonrisa, mientras notaba el café ennegrecer mis jugos gástricos y listo para salir como un sifonazo ante algo ya conocido, habitual y permanente estado físico y anímico, yo era una nausea total….
En el pleno municipal siguiente Itziar me comentó que había una “lista” de 42 personas para eliminar. Sólo había una mujer pero en esa lista estábamos, Antonio Rodríguez Basulto (diputado y alcalde de Alfaro), Tomás Montenegro (diputado y alcalde de Rodezno), Javier Granda (Federación de Comunicaciones de UGT) y Fernando Martínez López…tenía lógica. Me acordé de lo que una bendita beata y clienta me dijo cuando le informé de mi edad, “¿32 años?, ¡qué pena! …no va a cumplir ni la edad de Cristo”…
Pues no, no es miedo, que también. No es rabia, ni odio, ni indignación, que también. Cuando oí las explicaciones que daba en su día el portavoz del hoy PP ante las ardorosas palabras de el general MENA, sin condenarlas, disculpándolas de alguna forma y ves cómo se entiende la democracia por esta derecha a la que los cargos les superan y lejos de gobernar sólo conocen el mandar y el imponer. Pues no, no es ningún estado de emoción controlable como los que he expuesto lo que sientes, no es ni siquiera desprecio. Es otra cosa, es esa enorme nausea lo que te provocan que se puede resumir en una palabra de cuatro letras: ASCO.
Nano Martínez López